El papel de periódico está hecho a base de pulpa de madera, y no se trata precisamente de un material pensado para que tenga una larga duración sino todo lo contrario, puesto que se tiene la idea de que la vida útil de un periódico será de un solo día, y tratándose de algo que se produce en grandes cantidades, no puede ser de gran calidad por el encarecimiento que supondría.
Sin embargo, los periódicos, por sus noticias, por su historia que han ido forjando con el paso del tiempo, por las diferentes tendencias que han representado, y sobre todo por constituir unas efemérides de todo aquello que sucedió en una época pasada, muchos de ellos han terminado por conservarse en hemerotecas, archivos y particulares. En resumen, aquellas publicaciones perecederas pensadas para consumo temporal han terminado convirtiéndose en auténticas piezas de museo objeto de conservación permanente e incluso de un gran valor.
Para nosotros, todos los ejemplares de periódicos originales recuperados en sus condiciones originales tienen un gran valor porque cada uno de ellos es único e irrepetible, y cuando se vende una unidad resultará cada vez más difícil (y en muchos casos imposible) volver a conseguirlos.
La conservación de nuestros ejemplares originales de periódicos se efectúa en un gran almacén con unas condiciones de temperatura óptimas que eviten la humedad, la luz y el aire, tres grandes enemigos del papel de periódico. Todos los ejemplares deben de estar estirados, nunca doblados, y su clasificación se ha establecido por quincenas de meses dentro de unas bolsas de plástico que evitan la entrada de polvo.
Cuando un cliente nos solicita un ejemplar, si este se encuentra en condiciones regulares de conservación, procederemos a una mínima restauración inmediata, consistente en eliminarle las arrugas mediante una plancha de vapor de planchar ropa, pero obviamente en seco para evitar estropearlo. Aunque pueda parecer extraño, una buena planchada hace milagros y hace que un periódico muy arrugado y con las páginas desencajadas tenga una apariencia mucho mejor que la anterior. En cuanto a partes rotas, como por ejemplo el lomo, se procede a su fijación mediante tiras de papel de arroz pegadas con cola en spray. El papel de arroz es a menudo transparente e incluso prácticamente invisible, de modo que apenas se aprecian los remiendos que han servido para reforzarlo y evitar degradaciones futuras.
Una vez comprado, en nuestras carpetas de diferentes modelos y tamaños que ofrecemos se asegura una buena conservación de los ejemplares, además de ofrecer una imagen más atractiva junto con su correspondiente certificado de autenticidad y una pequeña historia del periódico a que corresponda el ejemplar.